Se trata literalmente de un “bunker” en medio de una montaña de la isla Noruega de Svalbard que esta a unos mil kilómetros del Polo norte, lo que hace presenciar un frio glaciar y el continuo paso de osos polares.
Se pretende guardar cerca de tres millones de semillas procedentes de todas las naciones para contener cada variedad conocida de cultivo hasta el momento con el fin de garantizar la biodiversidad agrícola antes de que se agote por completo.
Los responsables del proyecto son el gobierno noruego, la FAO y el fondo mundial para la diversidad de cultivos. La bóveda cuenta con un túnel de 120 metros de profundidad, excavado en la roca, reforzado por un metro de cemento y rodeado por subsuelo permanentemente congelado, lo que garantizará, aunque suba la temperatura externa y falle la electricidad, mantener frías las muestras de manera natural durante al menos los próximos 100 años.
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